Arrieros, esposas y ausencias. Abengibre en 1753

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Título:

Arrieros, esposas y ausencias. Abengibre en 1753

Resumen:

A partir del ejemplo de los arrieros de un pequeño lugar como Abengibre (Albacete, Castilla-La Mancha) a mediados del siglo XVIII se pone de manifiesto el protagonismo social y económico de sus esposas ante las frecuentes ausencias de aquellos.

Descripción:

Las más o menos prolongadas separaciones derivadas de un oficio como el de arriero en función de la distancia y de los viajes realizados, así como la incertidumbre de un regreso nunca asegurado, implicaba el abandono de sus hogares. Sus continuas ausencias conllevaban que, en realidad, sus esposas asumieran la jefatura de sus casas durante los períodos que duraba su marcha. Si cabe toda vía más, es en estos casos donde hay que revalorizar la importancia de las mujeres dentro de las economías familiares, desempeñando una múltiple y plural gama de actividades, afrontando no solo el reto de la supervivencia de su familia, sino también gestionando los bienes propios o los pertenecientes a la sociedad conyugal. Un claro ejemplo sería el lugar de Abengibre, hoy incluido dentro de la actual provincia de Albacete y en el pasado en la de Cuenca, que contaba con 156 vecinos y alrededor de 633 habitantes en 1753. Aquí los arrieros suponían una quinta parte de las jefaturas de los hogares contabilizados en el Catastro del Marqués de la Ensenada y más del del 78 por ciento estaban casados. Casi todos ellos complementaban este oficio con una pequeña explotación compuesta de algunas parcelas. Serían sus mujeres en consecuencia las que se responsabilizarían de buena parte de las labores ligadas al cultivo, entre otros, de hortalizas, cebada, trigo, centeno, viña o maíz, destacando su papel en todo lo relacionado con el azafrán, ya muy extendido en la zona como un complemento imprescindible para las economías de los pequeños propietarios, jornaleros, mozos sirvientes o viudas.
En general, las mujeres han sido invisibilizadas en las fuentes históricas. En especial, esta situación es manifiesta en padrones, censos, catastros y otro tipo de documentación fiscal donde, aunque el marido estuviera ausente, éste seguía figurando como cabeza de familia. Sin embargo, su invisibilidad se está cuestionando a la luz de los datos que se van conociendo sobre las mujeres “solas” al frente de sus hogares. Su relevancia no fue nada desdeñable, alcanzado a veces hasta la quinta o la cuarta parte de los hogares registrados. Sin duda, detrás de estas situaciones estaba la viudedad, al tener las mujeres una mayor esperanza de vida, o que se casaran mucho más jóvenes que sus consortes. En el ejemplo de Abengibre que estamos utilizando, la diferencia de edad de los arrieros casados y de sus esposas es evidente. Más de la mitad superaban a sus esposas en 5 o más años cuando lo normal era que la edad al primer matrimonio en las tierras de la actual provincia de Albacete a la que pertenecía esta localidad no fuera de más de 3 años. De acuerdo a los cálculos efectuados desde el Censo de Floridablanca de 1787, las mujeres contraerían nupcias en esta zona poco antes de los 23 años y los hombres a los 25. Sin embargo, entre los arrieros de este lugar, incluso en una tercera parte de los casos la diferencia era de 9 años o más.

Cronología:

XVIII

Destinatarios:

Educación Secundaria Bachillerato Universidad Postgrado

Tipo:

Estadística

Formato:

Tabla

Fuente:

Francisco García González, “Algunos datos sobre los arrieros de Abengibre a mediados del siglo XVIII”, Cerro Alto. Asociación Cultural y Medioambiental, 2024

Idioma:

Castellano

Fecha:

1753

Autor del registro:

Francisco García González

Derechos:

©Francisco García González ©Cerro Alto. Asociación Cultural Medioambiental

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