Mercedes de hábito de la Orden de Montesa otorgadas por Felipe IV
Título:
Mercedes de hábito de la Orden de Montesa otorgadas por Felipe IVResumen:
Gráfico que muestra el número de mercedes de hábito de la Orden de Montesa por año dadas por Felipe IV.Descripción:
Para ingresar en una orden militar era necesario resultar agraciado con una merced de hábito que concedía el rey en virtud de su condición de administrador perpetuo de estas instituciones. Esta patente solía constituir un premio en recompensa de servicios prestados a la Corona en el contexto de la economía de la merced, pero no otorgaba inmediatamente el hábito. Antes era necesario someterse a las pruebas de genealogía ejecutadas por el Consejo de Órdenes —a excepción de la Orden de Montesa, que se regía por el Consejo de Aragón— y satisfacer los requisitos exigidos. Por lo tanto, en ocasiones, puede haber un desfase temporal entre la concesión de la merced y la profesión en la orden. Incluso se detectan con Felipe IV hasta 53 casos de mercedes —2 de ellas para religiosos— que no acabaron resultando en un hábito por diferentes razones. Estas han sido excluidas de los datos del gráfico.
Felipe IV fue el Austria que concedió más mercedes de hábito de la Orden de Montesa: un total de 156. Al igual que ocurrió con las órdenes militares castellanas, las necesidades y las urgencias de la Corona por el contexto bélico hicieron elevar el número de mercedes otorgadas, para alentar la realización de servicios y premiar los ya prestados. Como observó el conde-duque de Olivares, el hábito fue una buena forma de «pago» en honor teniendo en cuenta las dificultades financieras de la Hacienda pública, que imposibilitaban un pago material. Solo hubo dos años sin entrega de mercedes. El resto suele estar entre 1 y 4, y ocasionalmente superan estas cifras llegando a 8. Los primeros años de reinado fueron los de mayor liberalidad regia, especialmente 1625 y 1627, con 15 y 14 mercedes de hábito para el ingreso de caballeros, respectivamente.