Acreedores de mercedes de hábito de las órdenes militares castellanas concedidas entre 1701 y 1724
Título:
Acreedores de mercedes de hábito de las órdenes militares castellanas concedidas entre 1701 y 1724Resumen:
Cuadro que muestra la adscripción profesional de quienes obtuvieron una merced de hábito de una de las tres órdenes militares castellanas —Santiago, Calatrava y Alcántara— durante la primera mitad del reinado de Felipe V (1701-1724).Descripción:
Las mercedes de hábito, concedidas por el monarca en calidad de administrador perpetuo de las órdenes militares, constituyen el primer paso para el ingreso en estas instituciones monástico-militares. Una vez conseguida la merced, se podía incoar el ineludible proceso de pruebas de genealogía, que había que superar con éxito para portar la venera cruzada. Estas gracias eran empleadas por la Corona como premios a los servicios prestados por parte de los súbditos en el contexto de la llamada economía de la merced.
Entre 1701 y 1724, Felipe V benefició preferencialmente a los militares, tanto del Ejército como de la Armada. Este grupo supone casi un 67 % de las mercedes concedidas. Lo siguen muy de lejos los cargos de gobierno y oficios municipales, con algo más de un 12 %. La «reserva» de los hábitos a estos dos sectores se relaciona con la política de configuración de lealtades durante la guerra de Sucesión y la remuneración de servicios de armas, de reclutamiento o de financiación.
El grupo de los consejeros es el siguiente más numeroso si se suman los consejeros de órdenes, a quienes se les otorgaron proporcionalmente muchas más mercedes que a los del resto de consejos del sistema polisinodial. Esto se debe a que, si bien no tenían que ser caballeros de una orden militar para ser elegidos consejeros de órdenes, sí que debían serlo para poder ejercer el cargo, por lo que una vez seleccionados, se les hacía merced de hábito. También se hacía a quienes ya lo eran, de modo que podían traspasarlo a otro individuo a discreción.
Otro grupo numeroso son los miembros de la burocracia de la alta administración, entre los que se incluyen oficiales de los consejos y de las secretarías de despacho. Muy por detrás se sitúan los cargos de la Justicia, los corregidores y los cargos palaciegos del entorno cortesano. El heterogéneo conjunto de grupos restantes apenas suma un 2 %. Por último, no están identificadas las profesiones de 147 receptores de merced de hábito.
Resulta conveniente señalar que, a pesar de que las mujeres no podían vestir el hábito cruzado, sí eran susceptibles de recibir una merced, frecuentemente en pago por sus servicios cortesanos, para traspasarla a un varón.